En
Ingeniería para Optimistas somos de la opinión de que las ciudades y los
barrios deben integrar el uso residencial con el comercial, educacional, social
y comunitario, asistencial, zonas verdes… El tener la posibilidad de ir andando
a cualquier parte para las pequeñas gestiones del día a día aporta calidad de
vida a los ciudadanos, hace que interactuemos más entre los vecinos y fomenta
una mayor sociabilidad.
Pero
al final, lo que todos buscamos es la comodidad y la vida fácil. Esta serie de artículos, que ahora
completamos con la segunda parte, ha sido concebida como una estrategia
urbanística-empresarial enfocada a revitalizar las arterias comerciales de
algunas ciudades que en su día fueron centros neurálgicos de la vida cotidiana
y que en la actualidad están dejando de ser el lugar elegido por los vecinos
para salir, pasear, comprar y pasar el rato.
En el capítulo anterior
propusimos la idea de introducir en las tiendas de a pie de calle pequeños
espacios destinados a convertir en “confortable o amigable” el paseo por
nuestra ciudad, lo que hemos denominado “SHOP
IN SHOP” SERVICIOS. (Como la sensación de estar en un buen hotel y saber
que si necesitas algo, como mínimo, vas a encontrar amabilidad por todas
¿CÓMO SE PUEDE IMPLANTAR
ESTA IDEA EN UNA CIUDAD? ¿Y CÓMO HACER QUE SEA VIABLE? ¿PUEDE SER RENTABLE?
La
clave puede residir en cimentar el proyecto en tres soportes: Planificación y
control, gestión y financiación. Todos independientes y a la vez
interrelacionados entre ellos. Y lo más importante, cada uno de ellos estando
en dependencia de agentes distintos, especialistas en cada uno de los ámbitos.
PRIMER SOPORTE:
PLANIFICACIÓN Y CONTROL
¿Y
cómo se planifica algo? Para empezar necesitamos un Plan Director, un proyecto
que defina las necesidades, plazos, revisiones (muy importante), y que en definitiva
marque el camino a seguir. Este Plan estaría
relacionado con el entorno urbano.
En
nuestro caso, como el “Shop in shop” afecta a espacios privados, necesitamos
una regulación para que esté articulado dentro del proyecto. Para ello definiríamos unos Pliegos de
Implantación.
-
PLAN DIRECTOR. Afecta al entorno donde se pretende implantar
el proyecto. Para que éste tenga éxito,
debería incluir:
o
Delimitación del núcleo donde llevar a cabo
la transformación de la zona. Es
imprescindible definir dónde se quiere actuar para lograr también la
optimización de los recursos, aunque a veces no sea justo dejar algunas áreas
fuera de este núcleo, sí se van a beneficiar a nivel comercial de su
influencia.
o
Estudio de necesidades, o lo que es lo mismo,
listado de aquellos servicios que pueden ser más demandados, requisitos mínimos
de los mismos y posibilidades reales de integración en locales o negocios existentes.
o
Programación de actuaciones complementarias:
§ Señalización
urbana. Por una parte, los servicios deberían venir indicados en unos
directorios (por ejemplo en MUPIS, como los de las marquesinas de los
autobuses), e incluso también en señales direccionales, y por otra, también
deberían estar anunciados en el local concreto donde se encuentren (lo ideal
sería promover unas banderolas de fachada estandarizadas para todo el núcleo de
la zona de servicios.
Imagen: Centro Comercial La Zenia Boulevard. Orihuela (Alicante) |
§ Mejora
de la accesibilidad. Ésta es todavía la
asignatura pendiente en muchas de nuestras calles. Básicamente aceras más
anchas y rampas de transición con la calzada.
§ Regulación
del tráfico. Cada municipio decidirá en
función de sus circunstancias si hace las calles peatonales o no, o si reduce
los aparcamientos, pero lo que sí es factible es la limitación de la velocidad
por esas zonas.
Imagen: Calle 16 de Septiembre, en México D.F., de prioridad peatonal. |
§ Mejora
del mobiliario urbano. No sólo más bancos, papeleras, farolas peatonales, o incluso
maceteros que hagan del trayecto un itinerario agradable, sino también
aparcamientos para bicicletas, una manera de disuadir del uso del coche por
estas áreas.
§ Facilidades
para el aparcamiento. Una opción ya muy común en muchos sititos es incluir bonificaciones
en la tarificación de los aparcamientos privados (cuando los hay). También se podrían aprovechar solares y
alquilarlos para hacer aparcamientos. Otra
opción sería reforzar en transporte público.
En general, el tema del
aparcamiento depende mucho del tamaño de la ciudad y de sus características y,
aunque hablemos de cercanía y de pasear por nuestro barrio, va a ser un factor determinante
como foco de atracción a otros usuarios.
-
PLIEGOS DE IMPLANTACIÓN. Afecta al comercio en particular. En el momento en el que el elemento que
introducimos como Shop in Shop es un servicio, es complicado que su titularidad
sea privada, a no ser que esté promovido, por ejemplo, por una Asociación de
Comerciantes. Así mismo, si lo que
buscamos es la revitalización de una zona, tenemos que concebir estos
servicios, no como algo individual, sino como un conjunto. Para ello, es fundamental unificar criterios
y esto se puede hacer a través de los citados Pliegos de Implantación. Por ejemplo, podrían regular los siguientes
aspectos:
o
El alquiler que se paga por el espacio
ocupado.
o
Los requisitos mínimos para la adecuación del
espacio (entre otros: un enchufe para la caja, una toma de luz para su
iluminación puntual, la señalización dentro del local, si procede…)
o
Cómo se comparte el mantenimiento (sobre todo
el de limpieza. El relativo a
instalaciones (iluminación, climatización, seguridad…), puede incluirse como
una cuota dentro del alquiler o bien pactar una “bolsa de horas” para posibles reparaciones.
o
Podría incluir también un modelo de contrato.
-
CONTROL.
Estaríamos hablando de una última fase, tras la puesta en funcionamiento
del proyecto. A la vez que se redactan
tanto el Plan Director, como los Pliegos de Implantación, convendría definir
una especie de auditoría que vaya comprobando la eficacia de los servicios, su
cumplimiento, y que pueda detectar puntos de mejora para futuras revisiones o
ampliaciones.
¿Y
QUIÉN SE ENCARGARÍA DE TODO ESTO?
·
En primer lugar, necesitamos a una figura que
lo promueva: la idea puede partir de la Asociación de Comerciantes o de la
Concejalía responsable del Área de Comercio.
·
Y en segundo lugar, una figura que lo lleve a
cabo. Normalmente un Estudio de Urbanismo
formado por un equipo multidisciplinar de arquitectos, ingenieros y abogados, lo
más especializado posible en tanto en desarrollos urbanísticos, como en diseños
comerciales.
SEGUNDO SOPORTE: GESTIÓN
Otro
aspecto a definir es el desarrollo de servicio en sí mismo. Incluiría:
·
Atención personalizada para la prestación del
servicio.
·
Mantenimiento de las instalaciones.
·
Servicio de seguridad.
·
Promoción y eventos, como organización de
diversas actividades a lo largo del año.
¿QUIÉN
SE PODRÍA ENCARGAR DE ELLO?
Actualmente hay empresas
especialistas en la gestión de servicios (de facility services o facility
management). Además de contar con
personal especializado, cuentan en casi todos los casos con software especializado para el control tanto
de lo servicios, como de las incidencias.
Seguramente sea este tipo de empresas quien pueda aportar mayor calidad
y experiencia a este tipo de iniciativas.
De esta forma se podría tener una organización centralizada y un gestor del conjunto de los servicios que
se responsabilice, tanto del correcto funcionamiento, como del control
económico de las inversiones.
TERCER SOPORTE: FINANCIACIÓN.
¿Qué
inversión va a ser necesaria?
·
El primer paso que deberá dar el promotor
será realizar un Estudio Económico global que recoja los costes de implantación
y gestión del Área Shop in Shop Servicios, así como el retorno de los
beneficios.
¿Habría
beneficios?
·
Los beneficios van a ser indirectos. Los percibirán los propios comerciantes,
tanto del núcleo de actuación, como seguramente también de las zonas
perimetrales. ¿Y se podrían
cuantificar? Sin duda, por ejemplo,
comparando las declaraciones de impuestos con las del año anterior, o la propia
contabilidad entre un período y otro. Otro
tema distinto es discutir si procede, o no, controlar la “caja” de los
comerciantes del barrio.
·
También habrá beneficios directos derivados
de la propia gestión, como la creación de puestos de trabajo para su puesta en
funcionamiento.
¿Y
quién corre a cargo de los costes?
·
Quizás podrían proceder de los propios
usuarios, pero si calculáramos el precio real del servicio resultaría carísimo,
por lo que lo máximo que se puede pretender es que sufraguen una mínima parte
y, seguramente, no de todo.
·
La Asociación de Comerciantes, o incluso
alguna empresa destacada, también puede asumir una parte de la inversión, pero
para implantar y mantener todo lo expuesto hasta ahora, sigue siendo
insuficiente.
·
Indudablemente deben intervenir también los
organismos públicos, y no sólo para la financiación, sino también para la
promoción de estos núcleos comerciales.
o
Y aquí vale la pena hacer una apreciación:
§ Prácticamente
nadie pone en duda que el mantenimiento de un parque deba ser financiado
públicamente. Nos beneficiamos los vecinos y usuarios. Pero también el dueño del kiosco y de otros
comercios cercanos. Incluso un parque bien cuidado hace que se revaloricen los pisos
de alrededor.
§ Pues
un planteamiento parecido justificaría la inversión pública: se trata del
fomento de unos servicios a los ciudadanos para dinamizar el casco urbano de
aquellas ciudades o barrios que necesitan una revitalización.
¿Y
la rentabilidad? En ningún caso debemos
renunciar a ella, sería un objetivo que debería haber a todos los niveles:
·
Para el que alquila una parte de su local,
además del ingreso extra por el arrendamiento, mayor entrada de público.
·
Tanto para el Despacho de Urbanismo del que
hablábamos al principio, como para la empresa de Gestión de Servicios, el pago
por el trabajo que realizan.
·
Para los prestatarios del servicio, un puesto
de trabajo.
·
Y para el Organismo Público, principalmente
el Ayuntamiento, mayores ingresos vía impuestos (porque se instalen más locales
en la zona, o porque un mayor número de cafeterías instalen mesas en la vía
pública, o porque haya más rotación de usuarios en los aparcamientos públicos,…)
En
todo caso, es fundamental que el plan de viabilidad esté basado en una buena
planificación. Sería ideal que los municipios pudieran compartir experiencias (de
hecho, podrían interrelacionarse para ello a través de organismos ya existentes
como las Diputaciones Provinciales (o Asambleas, en su caso), o de la
Federación de Municipios y Provincias).
En
Ingeniería para Optimistas creemos que es posible mejorar nuestras ciudades y
hacer la vida más fácil a sus vecinos. Hemos
visto una propuesta para que la revitalización de áreas comerciales sea viable
y que además pueda ser rentable. Hemos
planteado un tándem público-privado cuya colaboración puede multiplicar unos buenos
resultados. En definitiva, hemos
disfrutado imaginando y concibiendo un entorno urbano un poco mejor.
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